miércoles, julio 18, 2007

Citemos

En el ultimo episodio de “My name is Kim Sam-soon”, la protagonista lee este poema en la parada del autobús.

Ama como si nunca te hubieran herido por Alfred D´Souza.
Baila como si nadie te estuviera viendo.
Ama como si nunca te hubieran herido.
Canta como si nadie te oyera.
Trabaja como si no necesitaras el dinero.
Vive como si hoy fuera tu último día.

X-Men Ultimate, comic-book Nº1
Tormenta:
“Es innegable que tenéis una escuela preciosa, pero, ¿qué clase de director diseña uniformes de LATÉX NEGRO para sus impresionables alumnos adolescentes?”

Episodio cuatro de “My name is Kim Sam-soon”:
“Cuando un hombre y una mujer empiezan a gustarse, aparecen este tipo de hormonas. Y cuando empiezan a amarse aparece un nuevo juego de hormonas. Este juego es el más importante, pero también hace enamorarse locamente a las personas. En el siguiente paso ambos quieren ir más allá de su relación, así que eligen entre sexo o matrimonio. Entonces salen esas hormonas. También pasa cuando una madre cría a sus hijos. Es como decir que el amor de una hembra es el mismo para todos. Lo más divertido es, que está otra hormona vuelve a la gente ciega de amor.
[…]
Todas las hormonas que he mencionado desaparecen a los dos años. ¿A lo sumo duran tres o cuatro años?”

X-Men Ultimate, comic-book Nº2
Sapo:
“¿Sabes? El que te dijo que esa camisetita ajustada no te hacia parecer el MARICA del grupo, MENTIA Cíclope.”

lunes, julio 09, 2007

Mansión

Hace 10 años que nos mudamos a un pueblo cercano a la ciudad y hasta hoy nunca más he vuelto a pasar por ese lugar, y sin embargo ahora corro lo que no he corrido nunca para llegar.
El día que comencé a vivir aquí pasamos por delante con el coche, mi hermana y yo nos quedamos pegados al cristal mirando como se hacía pequeñita, estábamos convencidos de que hay debían de vivir hadas, pero los niños del pueblo no eran de nuestra misma opinión, el vecinito nos contó entre susurros el gran secreto del lugar:
- ¿Habéis visto la mansión al llegar? – Nosotros asentimos – esta llena de monstruos, las niñas de esa casa tienen los ojos de colores extraños, probablemente sean medio vampiros, porque su padre sólo sale por las noches seguro que les chupa la sangre a las chicas mientras duermen.
Es noche mi hermanita tubo pesadillas con monstruos sedientos de sangre y mi madre me castigo creyendo que se lo había contado yo, porque yo era el niño que no veía las cosas como todos, en mi niñez muchas veces cuando miraba a la gente, estas no tenían rasgos normales, pero mis padres lo achacaban todo a una gran imaginación.
Para forma parte del grupo de niños de donde vivía, tenía que pasar una prueba, e aquí la crueldad de los niños.
- Tienes que ir a la Mansión de los monstruos, una de las niñas siempre esta mirando por la ventana, tienes que gritarle con todas tus fuerzas, bruja, vampiro o monstruo, eso lo dejamos a tu elección, pero has de conseguir que tengamos que correr. – Habló mi vecino, que resultaba ser el cabecilla.
Nos resulto fácil colarnos en el terreno, porque la verja de la entrada no estaba cerrada, y entonces me toco recoger guijarros para que la niña abriese a la ventana, nada más verla, me quede embobado, no podía ver el color de sus ojos, pero su pelo era blanco, me escondí entre los arbustos con los demás niños que empezaron a burlarse de mi, yo realmente quería tener amigos y egoístamente salí de los arbustos y le grite monstruo con todas mis fuerzas, y justo entonces alguien salio de la casa, todos salimos corriendo, era la otra niña de la casa, que nos persiguió para vengarse, a los poco que atrapo, a mi entre ellos, volvimos a casa con mordiscos, arañazos y pateados. No les dije nada a mis padres, pero al día siguiente, aparecieron en la puerta, su madre las llevaba de la mano.
- Buenos días, perdone, mi hija ha venido a disculparse con su hijo por lo de ayer.
En un momento mi madre estaba al corriente de lo sucedido, al menos de parte, aquella mujer no contó lo que hacían los niños, pero dejo claro que no estaba de acuerdo en lo que había hecho su hija, mi madre lo limito a cosas de niños y nos mando llamar a mi y a mi hermana para que jugásemos con las niñas mientras ella hablaba con la madre de ellas.
Al verlas de cerca me sorprendí, la mayor tenía mi edad, su pelo era largo y gris y sus ojos ambarinos, además tenia rayas negras en las mejillas, mientras que su hermanita de pelo blanco, tenia los ojos de un morado brillante que me recordaban a unas piedras que guardaba mi madre, amatistas creo que se llaman así, en cualquier caso, ella fue la primera chica que pensé que era guapa.
Jugamos al escondite por el jardín, la ligaba la niña de ojos ambarinos, y cuando buscamos un lugar para escondernos, yo elegí el mismo sitio que la pequeña, le cogí de la mano y la sonreí, ella me la devolvió, era preciosa, pero entonces el vecino apareció, y yo quería seguir siendo del grupo, así que la empuje y le grite:
- Bruja.
Cayó de culo, la vi llorar y escuche la risa de mi amigo, lo siguiente que recuerdo es que su hermana me pego otra vez, me lo merecía.
No jugué más con ella, no la vi más días, hasta que se mudo y sólo llegue a decirle “Adios” corriendo tras el coche.
Después de eso, descubrí que el resto del mundo únicamente veía los ojos de colores exóticos, y que su pelo era negro, y no tenían rayas en la cara, al menos eso me contó mi hermana, la misma persona que me han dicho que han vuelto al pueblo.
Llamo a la puerta de la casa aún recuperando la respiración tras mi carrera, me abre la madre.
- Están en la parte de atrás practicando, seguro que se alegran de verte.
Vuelvo a correr un trecho, y lo primero que veo es a una chica alta de largo pelo gris que me mira con sus ojos de fuego, y sin decir nada me cruza la cara.
- Para que recuerdes lo que te pasara si la haces llorar.
Detrás de ella esta su hermana, es tal y como recuerdo, siento que el corazón me da un vuelco y mi rostro se enrojece, busco en mis bolsillos y saco una rosa de papel, la hice para ella.
- Lo siento, siento haberte llamado bruja, y hacerte llorar, a mí de verdad me gustas. – lo digo de corazón y ella sonríe mientras unas lagrimillas recorren su rostro, pero estas no son de pena, la abrazo no sé que va a pasar de ahora en adelante, pero no pienso volver a dejarme llevar por los demás.