viernes, julio 25, 2008

PIAMHS

– Éramos dioses, conseguimos lo que ningún otro científico había logrado, creamos animales capaces de transformarse en humanos, y todo gracias a sus investigaciones, a la sangre que consiguió para el proyecto, sólo teníamos una pequeña muestra, pero la atesorábamos para el momento crucial.
Fallamos tantas veces, pero eso sólo nos alentaba a seguir con más fuerza, porque nos acercaba al resultado, y superaríamos a los anteriores miembros del proyecto, rompiendo la supuesta maldición que hacia desaparecer todo lo que tenia que ver con el.
Cuando al fin lo conseguimos sólo teníamos ojos para él, lo observábamos tomar forma dentro del tanque y tomábamos todos los datos posibles, era perfecto, velocidad, reflejos, fuerza, poder, todo lo que se podía esperar de un humano entrenado para ello y de un animal salvaje como el leopardo en uno, para asegurarnos que nos obedecería siempre le instalamos un chip en el cerebro, si se negaba el dolor que le provocaba era tal que caía de rodillas retorciéndose, pronto entendió que tenia que hacer para que no pasase.
Comprobamos el resto de sujetos, y todos fueron desechados por no ser perfectos, si antes lo hacíamos metiéndoles una bala entre ceja y ceja para después diseccionarles, ahora simplemente se los entregábamos a él para verlo luchar.
Uno de los sujetos era un lindo y pequeño conejito que habíamos encontrado en la calle, no fue hasta después de utilizarlo que descubrimos que un niño lo buscaba, pero qué importaba un niño ante lo que nosotros hacíamos. Dentro del tanque, esperando dormido el momento de despertar, comprobamos que tenia una anomalía sólo con verle, en su forma humana conservaba atributos del animal que era, qué clase de soldado seria con las orejas y el rabo de conejo, sería comida de nuestro leopardo sin dudar, recuerdo que cuando lo pensé abrió los ojos y me miró, me sorprendió tanto que retrocedí nervioso y cogí a uno de los ayudantes de la bata y le hice mirarlo para que me asegurase que tenia los ojos abiertos, unos ojos claros y acusadores, pero cuando miró, estaban cerrados, no sólo eso si no que me recordó que no podía haberme mirado, nosotros como los dioses en que nos habíamos erigido, decidíamos cuando despertaban.
No he vuelto a dormir tranquilo desde entonces, sé que el dueño de esos ojos vendrá por mi vida, no importa donde me esconda, me obsesione tanto con ello que comprobé todos los datos del sujeto, observé las grabaciones de su crecimiento, e incluso eso resulto anómalo, si todos habían tomado directamente la forma de un hombre, él había ido creciendo por fases, había sido bebe y niño, y ahí, en la grabación, me vi y le vi mirándome, no estaba loco, cuando volví a verle, ya era un hombre y le estaban sacando del tanque, intente impedirlo, pero no me hicieron caso, lo mandaron a luchar y rece por que nuestro campeón ganase.
El campeón apenas podía hacer nada, se le escurría de las manos con tanta facilidad que no nos extraño que cambiase de forma, eligió su forma más poderosa ni humano ni leopardo, cuando lo vi así, suspire aliviado, creí que estaba salvado, pero entonces ocurrió algo extraño, el conejo nos señalo a todos y habló, ningún otro había hablado y menos en latín, aún ahora, después de tanto tiempo sus palabras resuenan en mi cabeza, pero no se las diré, porque las temo.
Lo mato, lo mato con tanta facilidad, atrapándolo y abriéndole el cráneo con sus propias manos que todos quedamos en shock por un momento, intentamos pararle, pero él era un deshecho, no tenía chip, ni nada para esas ocasiones, habíamos dado por sentada su muerte, y nos encontrábamos poniendo las puertas de máxima seguridad y viendo por las cámaras como no eran nada para él, era La Muerte, llevaba una guadaña en sus manos que brillaba reclamando beberse nuestra sangre y aunque corrimos intentando huir dispuestos a volar todo aquel edificio con él dentro, todos caímos ante él, sólo quedo yo, y sé que es porque él lo quiere así. – Contó un hombre avejentado con pinta de animal asustado en el salón de su casa a un visitante que decía ser miembro del primer intento maldito.
– ¿Qué fue de los datos?
El hombre se acercó a él, y se lo susurro mirando a los lados con miedo, estaba convencido de que alguien lo espiaba en su propia casa.
– Nadie lo sabe, pero todos, todos están a salvo debajo del suelo de mi casa.
– ¿Y el proyecto?
– Cerrado y en el olvido, no quedaba nada que pudiese ser usado, ningún dato, ni la sangre. – Lo dijo en alto y completamente convencido
– ¿Se perdió?
– Se uso, toda ella, toda se uso por error.
– ¿En quien?
El hombre rió con vehemencia, pero esta estaba en cada una de sus palabras, en sus movimientos furtivos y en su mirada de animal acorralado.
– En el conejito.
Tras escucharlo el visitante se levantó para irse, pero el hombre se sujeto a sus ropas.
– Dígame de quien era la sangre, por favor, dígamelo. – Rogaba sin soltarlo.
Se acercó a él, lo miró y le susurró directamente al oído, las mismas palabras que le había dedicado el conejito, al escucharlas el hombrecillo soltó las ropas intentó apartarse pero no pudo, ahora era a él a quien apresaban, sintió los labios del hombre en su cuello y como clavaba sus colmillos en él, todo el miedo y el terror que tenia se esfumo ante el placer más grande que había sentido y mientras su sangre, su vida y sus recuerdos eran absorbidos por aquel hombre él se sentía en paz por primera vez en mucho tiempo.
Al día siguiente fue encontrado muerto por su asistenta, fue considerada una muerte natural, no se hablo más del tema, ni nadie supo que entraron en la casa y registraron hasta en los cimientos sin encontrar lo que buscaban, de igual forma no se supo nada del extraño visitante, en las grabaciones que se escucharon de ese día, sólo había unas palabras en latín: “Et in Arcadia ego.” Se investigaron creyéndolas la clave para hallar los documentos perdidos, no fue así, sólo les llevo a un cuadro.
"Yo, la muerte, reino incluso en la Arcadia.”



martes, julio 15, 2008

Estilo Dragan

De vez en cuando hay que actualizar esto, más que nada, para que quede constancia de que sigo viva, por si Di no lo comenta en su blog, igual hay muchas cosas mejores de las que hablar, como de las fotos que pone, lo que me da pie a poner un retoque que hice, cuando intentaba ver que tal se me daba el estilo Dragan, ya habéis visto como queda en Abismo, que no dejaba mucha diferencia de cómo es él, así que os pongo a mi hermana pequeña, ese pichón de elefante que ahora no me habla, mejor para mi, bye bye a sus complejos.
¡¡He puesto una frutería!!
Los mejores y más grandes nabos, listos para comer en cualquier momento. (Cedida por Di)
Ah! Ya ha comenzado la nueva partida de la corte, con una nueva generación de hadas chifladas dispuestas a repartir glamour por el mundo.