jueves, febrero 23, 2006

Mar



Camino hacia el mar, despojándome de mi disfraz, mostrándome como soy en realidad, no oculto mi desnudes, no me avergüenzo de cómo soy, no niego las lágrimas que recorren mi rostro, ni me molesto en tapar las cicatrices que surcan mi piel, algunas aun sangrantes del dolor causado, sigo adelante, no parare ante nadie.
El viento azota mi cuerpo con fiereza, el mismo que hace las olas se levanten, no retrocedo, y aunque el miedo aparece, le enfrento firmemente.
Al fin llego hasta la orilla, las olas parecen lenguas burlonas, pero no les hago caso, pongo un pie en el agua salada, siento su fuerza y en cierto modo como en principio me rechaza golpeándome con una de sus lenguas, pero no me muevo, nada más que para dar un paso al frente, no hago caso de los azotes del viento que abren mis heridas y se empeñan en recordar el dolor pasado, las lenguas burlonas relamen mi sangre, saboreando mi dolor, pero sigo sin ceder ante ellas, al contrario, mis pasos se vuelven más firmes.
Ahora es el mar quien retrocede ante mi, quien reconoce mi fuerza y es capaz de ver lo que antes no veía.


1 comentario:

Di dijo...

q poético, te sientes inspirada, eh mi linda, animo y fuerza, me encanta. Simplemente es precioso. Sigue pisando fuerte cielo. Loca Sádica.