miércoles, abril 06, 2005

Aullidos I

~* Capitulo I: Encuentro *~

Otra noche más me he quedado en clase practicando por mi cuenta, el profesor me ha dado permiso, mientras no vaya tarde a dormir, sonrió, ambos sabemos que seguro que caigo dormido aquí, miro la manta doblada sobre la mesa del profesor, cada día la deja ahí por si al caer la noche tengo frío, no entiendo porque me trata siempre tan bien, pocas personas lo hacen.

Me pongo a practicar sin pensar en nada más, hasta que el sonido de un aullido a lo lejos llama mi atención, en principio no quiero hacer mucho caso, pero sigue sonando y termino buscando el lugar del que proviene.

El aullido vuelve a sonar, parece un lamento. Salgo de la clase siguiendo el sonido, siento que entiendo lo que siente, tristeza, miedo, miedo a la soledad, al rechazo...

El aullido sigue sonando, mis pasos se aceleran, estoy en la entrada del “Bosque prohibido”, no debería entrar, pero lo hago.

Allí esta, bajo la luna de plata, un hombre lobo en todo su esplendor.

Nos miramos fijamente, veo mi reflejo en sus ojos pardos. No tengo miedo, continuo acercándome sin vacilar, sigue quietó, mirándome. Tan sólo queda un paso entre nosotros, me paro una vez más, y le miro. Esta vez es él quien lo da. Empieza a olfatear el aire a mi alrededor, no me muevo, ni siquiera cuando mete el hocico entre los pliegues de mi túnica, quiero que confié en mi. Sigue dando vueltas a mi alrededor sin dejar de olerme, al fin se para a mi lado, escucho perfectamente como coge aire y lo suelta, como separa las mandíbulas, siento su aliento sobre mi piel... por un momento pienso que es demasiado tarde para huir, que yo me lo he buscado, todo el mundo sabe que los hombres lobo no son capaces de controlarse... siento sobre mi rostro algo húmedo, me hace cosquillas y rió mientras le pido que pare de lamerme. Cuando lo hace para agradecérselo le acaricio el pelaje, es castaño oscuro, y muy suave, me duermo mientras lo acaricio, se esta a gusto así, es agradable.

Despierto en la misma clase donde todo empezó, por un momento creo que todo fue un sueño, pero mis ropas están llenas de pelos, y cuando miro en la pizarra hay un mensaje para mi, algo que quiero guardar como el mayor de los tesoros, “Amigos” acompañado del dibujo de una pata, además, mi manta no esta. Sonrío y salgo corriendo a mi casa común, debo cambiarme antes de que alguien me descubra, aunque si me castigan, habrá valido la pena.

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