martes, octubre 04, 2005

Aullidos 1

~* Capitulo I: Encuentro *~

Soy escoltado a la casa de los gritos, no me importa, no quiero herir a nadie, pero allí, la transformación comienza, el dolor es inaguantable, unas ganas intensas de pelear me llenan y de algún modo logro salir hasta el bosque, veo la luna, es hermosa, y aúllo, aúllo a algo tan hermoso que me trae esta condena, que me llena de dolor, araño los árboles hago saber a todos los seres del bosque que estoy ahí, quien quiera que venga, les esperare, quiero pelear, quiero probar el sabor de la sangre, escuchar el ruido de la carne al desgarrarse bajo mis garras, a pesar de que otra parte de mi se niega a ello, mi lado humano lucha por recuperar la cordura, el lado del monstruo me controla.

Escucho que alguien se acerca, no miro quien es, estoy más atento de un olor que me relaja, me gusta, al fin miro de quien se trata, sé que lo conozco y no logro recordar de que, se acerca a mí, aunque le enseño los dientes, él sigue avanzando lentamente, le dejo que lo haga, pero se para, sólo unos centímetros y estará tan pegado a mi, que cualquiera diría que le he atacado.

Le huelo entre las ropas, es él, quien trae ese olor que me relaja, acerco el hocico a su rostro, y le lamo para saber si sabe tan bien como huele, se ríe, me gusta escucharle, me aparta con cuidado y le dejo, me acaricia, es agradable y me dan ganas de dormir, él lo hace antes, y no puedo parar de mirarle, lo quiero sólo para mí, lo quiero cada noche en la que siento que la soledad que me auto impongo me va a matar y acabo huyendo por el bosque en cuanto tengo oportunidad, el amanecer llega y quiero gritar mientras recupero mi forma, pero me contengo al verlo dormido, con mi forma humana le reconozco, no me lo creo, pero realmente es él, le aparto los mechones del rostro para asegurarme, me gusta la expresión que tiene, nunca le he visto sonreír de esa manera y decido guardar el recuerdo como un tesoro.

Cojo la manta que lleva encima y me cubro mientras pienso en despertarle y contarle que era yo, rectifico, me da miedo que me rechace después de todo lo que ha pasado, aún así le cojo en brazos y lo llevo a la clase de pociones, me voy a ir sin decir nada, haré que no ha pasado y no ha sido más que un sueño, pero no lo resisto y le dejo un mensaje en la pizarra.

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