jueves, septiembre 29, 2005

Vendeta

Si había algo que no toleraba era la traición, sobre todas las cosas no la perdonaba, se había jurado así misma y al recuerdo de alguien importante que destruiría a todo el que la traicionase a ella y a su clan, pues en su día había sufrido en sus carnes la traición, hasta el punto de haber llegado a estar a las puertas de la muerte y resurgir del fuego como el fénix para convertirse en un ángel vengador, que sólo se ocuparía de si misma y sus elegidos y esos eran su clan, el resto sobraban en ese mundo que había decidido conquistar, sería suyo o de nadie.

Por ello cuando conoció la noticia de que uno de sus mejores hombres les había traicionado teniendo un hijo con una sucia humana decidió eliminarlo a él, a la humana y su cachorro, no dejaría a nadie que luego pudiese ir buscando venganza, por eso mando a la mejor, Maharet se encargaría de ellos, pero no quería perderse el espectáculo, se aseguro de ocultar su olor tapándolo con otros, en este caso eligió el ébano, le recordaba a la muerte, aunque quizás no era tan buena idea porque no pensaba darles una muerte dulce.

Con una sonrisa en los labios observó como luchaban por salvarse, como intentaba proteger a su esposa y su sonrisa se ensancho cuando el cuerpo permaneció en distintas partes de la casa, cuando la sangre cubrió las paredes y aquel hombre perdió la razón, tan serio, tan frió y ahora luchaba por el mismo deseo que ella, la venganza, sus ojos brillaron al ver como caía cuando Maharet le amputó la pierna y disfrutó al ver que aún así seguía luchando, se acercó a él, cuando se suponía que ya no podía moverse, le tiró del pelo y le obligo a mirarla a los ojos, una vez estuvo segura de que la había reconocido le arranco un ojo con sus propios dedos, y le golpeo la cabeza contra el suelo con tal fuerza que le hizo perder la conciencia, y ella creyó que lo había matado.

Lo único que estropeo aquella noche fue saber que el cachorro había escapado, pero no importaba, tarde o temprano la buscaría reclamando venganza, y entonces lo mataría.

Nadie en el clan conocía los motivos ocultos tras su acciones, ninguno de ellos supo jamás que se estaba vengando del hombre que la mato hacía tiempo y con ella a su hijo, por él, era ahora lo que era.


Esta historia esta ligada a esta otra: Confesión antes de la muerte

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