lunes, octubre 08, 2007

Tatuaje

Entró en los calabozos, su sitió, no le sorprendió ver la capa tirada de mala manera en el suelo la recogió y fue hasta la sala que usaba para descasar, no había luces ni nada que le permitiese ver, pero distinguió una figura sentada en el suelo, de espaldas, se le acercó con cuidado y miró lo que hacía, en un cuenco preparaba una mezcla de color negruzco.

Con un movimiento de su mano se hizo la luz en la sala, quedando alumbrada por velas. Le miró a la cara manchada por tierra, sangre y el rastro casi invisible de las lágrimas derramadas.

- ¿Qué es?- preguntó refiriéndose al cuenco.
- Es hena, te haré otro dibujo, este te durara más tiempo, porque esta mezclada con sangre...- decía con la voz rota.
- No es sólo hena y sangre lo que allí ahí mezclado, tan bien son tus lágrimas.
- No valen nada.- respondió bajando el rostro, para que sus cabellos lo cubrieran impidiendo que se vieran.

Paso una mano por su rostro recorriendo el mismo camino que las lágrimas.

- Para mi mucho, te recuerdo que eres lo único importante que me queda.
- Déjame que te haga el tatuaje ahora, así no pensare en ello.

Asintió al pequeño y se tumbo sobre la cama despojándose de la ropa, sintió como se subía sobre él y comenzaba a recorrer su gran espalda con sus manitas, como dibuja en su piel con sus dedos dejando un rastro de tinta y tan bien como caían lágrimas sobre su piel, la respiración entre cortada.

- Puedes hacerlo otro día si quieres.- le dijo apenado pues sabía que siempre que mataba a alguien aunque fuera por sobrevivir se culpaba por ello.
- No, te lo terminare ahora, será el mejor que te haya hecho. – decía intentando que su voz sonase alegre.

Mechones de pelo se le iban soltando cayendo sobre su rostro y acariciando el cuerpo del diablo, provocándole cosquillas, sumado a la sensación de sentir aquellas manos sobre él, acariciándole con suavidad, como se acercaba para ver mejor dejando que su aliento le tocase, y luchaba por controlarse por no tomarlo a la fuerza, se recordaba a si mismo que amaba a un ángel, que su relación con aquel niño era de padre e hijo, pero era tan tentador, tener a alguien puro alguien que le perdonaba todo, que lo amaba y no tenía problemas en decírselo, que sentía culpa, pena y sufría por los demás.

Al cabo de unas horas el dibujo fue terminado un dragón de grandes alas negras como si fuesen de fuego ocupaba su espalda el rabo del dragón recorría su trasero hasta terminar en una de sus piernas y su pequeño hijo lo miraba de pie, con los ojos rojos por las lágrimas derramadas, sonriéndole dulcemente.

- Lo termine, espero que te guste.

Sin pensar se levantó de la cama, lo abrazo y levantó como si aun fuese un bebe, y lo acuno en sus brazos.

- Deja de hacerte esto, cada vez que matas o vienes herido, derramas lágrimas por lo que has hecho, son ellos o tu, ya te lo enseñe y primero vas tu, no lo olvides, ahora duerme, deja que sea yo el que vele esta noche tu sueño, en compensación por este regalo que me has hecho.- le dijo al oído antes de robarle un beso y sellarle los labios con un dedo, recordándole que debía dormir, dormir y olvidarlo que tanto daño le hacía, le canto una nana, que nada tenía de dulce a pesar del detalle. - Heridas sangrantes, mentiras en mi vida, dolor en mi alma, todo será devuelto, la venganza será justa el hechizo comenzara en la hora bruja, y allí mi fiel amigo, mi hermano, mi hijo, tomarás tu sitio en el lugar que te corresponde.

1 comentario:

Di dijo...

Leído... y eso.