domingo, febrero 25, 2007

Kuraganai III

~*Presa*~
Al amanecer, quien dice amanecer dice como a la hora de la comida se despertó, llevo una mano a su cuello buscando algo, no sabía que, no lograba recordarlo, era como si la otra noche no hubiese existido y en su lugar sólo hubiese quedado un apetito voraz, le falto poco para abalanzarse sobre la nevera y devorar todo cuanto hallo a su paso.

La sensación de haber olvidado algo importante se apodero de ella, su imagen reflejada en una mirada de un azul intenso junto a las estrellas ocupaban la mayor parte de sus pensamientos, intento quitárselo de la cabeza, pero ni siquiera era capaz de leer una frase entera y mucho menos enterarse de lo que decía. Al final opto por dar un paseo, sin saber que eso cambiaria todo.

El manto de la noche lo cubría todo, tachonando el cielo de estrellas, mientras ella caminaba por los mismo sitios que el día anterior, y se sentaba en el mismo banco en el que encontró al niño.

Había olvidado el tiempo que llevaba buscando, el momento en que lo único que pensaba era en encontrarlo, era como un cazador, capaz de notar el más mínimo rastro de su presa, aunque a la vista de la gente parecía un simple chico, como tantos otros que caminan por las calles. Se dejó llevar por el olor que sentía tenuemente, corrió por las calles llenas de gente, sin pararse ante nadie sólo para llegar al lugar donde más tiempo había estado su presa, se sorprendió al ver a la joven, sobretodo porque sentía el olor de su presa en ella, se acerco sigilosamente, y la cogió del hombro provocando que se sobresaltase, la muchacha se giró bruscamente creyendo que seguramente seria algún compañero de clase listo para burlarse de ella, sus ojos quedaron fijos en los del chico que la sujetaba fuertemente, no podía dejar de mirarlos, nunca antes había visto unos ojos de ese color, rojo, rojo carmesí...