lunes, enero 03, 2005

Olvido

PuhEstaba dormido junto al fuego, aun parecía un niño abrazado a su oso de felpa, cuando una lágrima perdida cayó por sus rostro y se despertó de golpe con un dolor en su pecho, de sus labios sólo salio una palabra, “olvido”. Se mordió el labio evitando llorar, sin calzarse ni cubrirse salio fuera de la cabaña que se había convertido en su casa aquel año cuando acepto el puesto de profesor.

Necesitaba con desesperación hablar con alguien, pero no quería molestar a Lucien que era como un hermano para él, Logan estaría durmiendo, Cameron como siempre desaparecía, allí no había nadie que pudiese ayudarle, no estaba su amigo de la infancia Kaene, ni su hermana Elehnika, o Andrea su guardián en las sombras junto a su dulce Jean-Ko, el bromista Rasmus y el serio Sanzo, no había nadie, ni papá ni mamá, y aquello le dolía, le dolía mucho, camino como perdido por el bosque prohibido, hasta que llego a un pequeño manantial con una hermosa cascada, un lugar del que bebían las más increíbles criaturas, y allí, observando su reflejo en el agua tibia dejo que las lágrimas se apoderasen de él para liberar parte de aquel dolor que se había hecho sintio en su corazón mientras dormía.

“Perdóname mamá, ya no recuerdo tu rostro, ni tu voz, ni los gestos que te hacen diferente de todos los demás, no quería olvidarte, de verdad, por favor si puedes escucharme y sentir lo mismo que yo, perdóname, porque aunque he olvidado tu rostro no he dejado de quererte.”

Los animales que habitaban por el bosque observaban al chico, sintiendo su pena, era como si inundase el bosque, un unicornio acaricio la mejilla del chico con el hocico, el lobo lamió su mano, así paso con casi todos los animales que le demostraban cariño intentando animarle, les sonrió tiernamente, y cuando otra de sus lágrimas cayo en el lago, pudo ver en el a sus padres. Una mujer de piel clara con el pelo corto y negro, una mirada vivaz en sus ojos marrones, a su lado estaba un hombre de cabellos también oscuros, aunque más claros, de un tono castaño que resaltaba más sus ojos azules, sonrió al verlos, y se quedo allí dormido junto al lago, guardando esa imagen en su corazón como el mayor tesoro, pues temía volver a olvidar el rostro de las personas que más quería, y por primera vez en mucho tiempo dio gracias de ser un empata, pues aun en la distancia podía sentir el amor que sus padres le procesaban.

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