domingo, julio 10, 2005

Juego de dioses VII

7.- Ayuda

- ¿Realmente debemos dejarle solo en esto? – Preguntó Beyan cuando volvieron a aparecer en el “Bosque de las lágrimas”.
- No pienso hacerlo, pero ahora, necesito descansar, y esperar a que me digan donde esta la ayuda que necesitamos.
- Has gastado mucha energía con tanto viaje y el hablar con los árboles en un lugar tan lleno contaminación, donde les cuesta respirar y no pueden evitar concentrar todas sus energías en ello. ¿Por eso te mareaste?

Asintió con una sonrisa, apoyándose en un árbol, Beyan se coloco a su lado, podía dormir tranquilo él le protegería.

- Creía que vuestro padre os había enseñado a no bajar la guardia. – Dijo el mismo hombre que les había metido en aquel lió.

Cuando intentó acercarse choco contra una barrera invisible y casi cae al suelo.

- Como puedes comprobar nos ha enseñado muy bien. – Respondió el pequeño.
- Controlas el viento como Nithael, no esta mal, un escudo de aire muy bueno. Pero deberías saber, que a mi n puedes matarme, soy sólo una parte de mí ser.
- No me cuentes historias y déjanos en paz. – Rectifico – Mejor dime porque queríais juzgar a mi madre. – Gritaba con el ceño fruncido.
- Te equivocas, en una cosa, nunca quisimos nada de tu madre, queríamos a tu hermano, ahora esta en nuestras manos, y seguramente la próxima vez que lo veas, será en…– No terminó de hablar un látigo golpeo en su rostro, haciéndole un corte que no tardo en desaparecer.
- No te metas con mis hijos. – Dijo la persona que le había golpeado, allí ante él se erguía un hombre alto, musculoso, de grandes espaldas que sobre su hombro llevaba a otro.
- O lo pagaras caro. – Terminó de decir el que estaba en el hombro.
- Lucellos esta en peligro y….
- Tranquilo Beyan, Liam no los contó todo. – Habló Nithael bajando de un salto y comprobando si estaban bien sus niños.
- Justo a tiempo. – Les dijo el brujo en un susurro abriendo los ojos e intentando levantarse con mucho esfuerzo porque si no fuese porque el árbol lo paró con sus raíces se habría estampado contra el suelo.
- Beyan ayuda a tu hermano, ha gastado demasiada fuerza enviando su espíritu a contárnoslo todo. – Ordenó su madre.

Al momento Beyan ayudo a Liam a levantarse haciendo que se apoyara sobre él.
Por otra parte, Belial parecía divertirse levantando del suelo a Garic con su látigo y tirándolo de nuevo contra el.

- Belial, escúchame un momento. – Decía mientras se levantaba – Haz el favor he de decirte algo importante. – Cuanto más alto hablaba más alto le lanzaba. – Pero quieres parar un momento. Nithael dile que me escuche es sobre vuestro hijo. – Gritó al final.

Se hizo el silencio, las miradas quedaron fijas en Garic que fue liberado de las garras de Belial.

- Debéis ir ahora al lado de vuestro otro hijo o morirá, puedo sentir como esa sanguijuela pelea con ellos.
- Explícate. – Ordenaron Belial y Nithael a la vez.
- Tengo muchos nombres, pero el que mejor me define es Muerte, ahora estoy aquí hablando con vosotros, a la vez que otra parte de mi ser se lleva la vida de alguien en algún lugar a kilómetros de aquí, incluso en otro planeta. Esa sanguijuela es un ser errante al que se le permite vivir esa no vida, mientras cumpla mis ordenes y la de otros como yo, pero se ha revelado y quiere venganza contra ángeles y demonios, ha estado esperando mucho tiempo para atrapar y torturar a Lucellos por ser los dos y no ser ninguno, decidió jugar con él, sobretodo porque al parecer en el pasado uno de vosotros lo mato y aún desea vengarse. – Todas las miradas se dirigieron a Belial. – Me preste a ayudar en este juego porque podría dar pistas para impedirlo, pero no puedo interceder más, ahora esta todo en vuestras manos. – Dada su explicación desapareció.
- Aún tengo fuerzas para mandar a dos de nosotros al lado de Lucellos. – Les dijo Liam.
- Hazlo. – Respondió su padre tras mirarle sabiendo que estaba mintiendo e iba a forzarse, pero también que no lo reconocería, así que miró al pequeño y tras despeinarle le pidió – Cuida bien de tu hermano.

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